Poema a Dora (David Copperfield)
La noche te lleva; lejos, muy lejos; a una ínsula de ciruelos, y orquídeas perladas en amarena. Antes de que brilles, luciérnaga; y de mostrarte seas, recóndita por el cielo, titila en tu lecho, ¡susúrrame!, desde tu almohada, palabras que no puedas, por más que sea ameno, llevarte contigo a las nubes. La noche te lleva; lejos, muy lejos; más allá del mar, más allá de los sueños. Por eso duerme; mientras pintan tus bucles, en el lienzo de mi pecho, arremolinadas olas; y que animadas choquen, como multitudes locas, contra la quilla, de tu navío, que en lontananza se despide, y no vuelve por más que le implores. La noche te lleva; lejos, oh, muy lejos; como si desde el amanecer, a donde vas, oyera dibujarse en mis latidos, la brecha de un abismo. Antes de que el aliento, ¡frágil e inaudito!, a silbidos lo sueltes sin enmiendo; y velo, ¡antes!, por tu espíritu; inquieto vaya, y que revolotee, entre palomas de plata retenido. La noche te lleva; lejos, muy lejos; como si del infinito, cel