Perla encerrada (Cuento)
Del escritorio de Perla. "...Fuera de estas oficinas hay un pasillo. Detrás de la computadora, sentada, doy ojeadas a la puerta cuando se abre; se ve que hay una luz diferente allí. Desde aquí se nota que es de otro color, más amarilla, da la impresión de que es más cálida incluso. Cuando mis colegas ventilan las oficinas del olor a cigarro, que incluye la mía, se ve que allí hay unas cortinas verdes que van y vienen. Tiene ventanas; e imagino que cuando las cortinas bailan, es porque el sonido de las aves puede filtrarse al pasillo, entre aquellas. Cuando el ruido de las teclas no me perfora las orejas, ni choca con los modestos pendientes que cuelgan de ellas, que sucede cuando bebo el café, me abstengo de pensar y escucho; puedo escuchar apenas, un cotorreo, o uno que otro pajarito, en el inmenso silencio vocal de las oficinas. Sin los aretes puestos, el maquillaje debido, o la sonrisa, escucho gritos. Y es entonces que prefiero no objetar y amargarme entre las teclas, aunque